DE CAPOTILLO AL CAPITOLIO: UN MENSAJE A LAS NUEVAS GENERACIONES

Redacción RI

1/25/2025

Santiago Matías (Alofoke)

El locutor y empresario Santiago Matías, conocido como "Alofoke," junto a su colaborador político Eduardo Saint-Hilaire, han dado un paso audaz al asistir a la toma de posesión de Donald Trump el pasado 20 de enero en el Capitolio. Este movimiento, que ha capturado la atención tanto de medios dominicanos como internacionales, reafirma la creciente relevancia de su proyecto político-mediático "Hablamos en el 2028" y envía un mensaje directo a las nuevas generaciones: los límites están para romperse.

De la comunidad al impacto global

Santiago Matías, cuya influencia nació en los barrios dominicanos, como Capotillo, ha utilizado su plataforma para demostrar que la política no tiene que estar restringida a las élites tradicionales. Su presencia en el Capitolio es un recordatorio de que figuras emergentes, conectadas con la realidad de las calles y las redes sociales, pueden jugar un rol importante en espacios de poder internacional.

Saint-Hilaire, por su parte, complementa esta narrativa con su enfoque político y estratégico, siendo una pieza clave en la consolidación de "Hablamos en el 2028" como una alternativa que conecta con las inquietudes y aspiraciones de las nuevas generaciones dominicanas.

El debate entre polémica y legitimidad

No han faltado críticas por parte de los medios tradicionales, que ven su asistencia como una maniobra más enfocada en la promoción que en el fondo político. Sin embargo, la realidad es que su visibilidad internacional impulsa una narrativa de modernidad y audacia que está resonando en sectores jóvenes que buscan liderazgos diferentes.

El peso de "Hablamos en el 2028"

El proyecto liderado por Matías y Saint-Hilaire no es solo una apuesta política; es un movimiento que representa un cambio en cómo las nuevas generaciones perciben la política. Con un discurso cercano, enfocado en temas que importan a los jóvenes y un uso estratégico de las plataformas digitales, han logrado posicionarse como una alternativa fresca frente a un panorama político tradicional que a menudo desconecta con las preocupaciones de la población más joven.

La asistencia al Capitolio no es un acto aislado, sino parte de una estrategia más amplia para posicionarse como líderes disruptivos en la política dominicana. Ahora, su reto es demostrar que detrás de la notoriedad hay propuestas concretas que puedan transformar el país.

¿Qué sigue?

De Capotillo al Capitolio, Santiago Matías y Eduardo Saint-Hilaire están enviando un mensaje claro: las nuevas generaciones tienen el poder de cambiar las reglas del juego. Y en su caso, lo están haciendo a su manera.