A pesar de sus diferencias geográficas, Fernando Abreu (Patria Libre, RD) y Alice Weidel (AfD, Alemania) comparten principios clave en la política. Ambos priorizan la independencia nacional, con Weidel criticando la Unión Europea y abogando por recuperar el marco alemán, mientras que Abreu defiende la autonomía dominicana y el fortalecimiento de la identidad nacional. Para ambos, la injerencia de organismos supranacionales representa una amenaza a la soberanía, lo que los lleva a defender un modelo político en el que las decisiones nacionales no estén sujetas a presiones externas.
También coinciden en su postura sobre inmigración. Weidel rechaza la inmigración masiva y propone políticas de "remigración" para controlar el flujo migratorio en Alemania, argumentando que la llegada descontrolada de extranjeros afecta la estabilidad social y económica. Abreu, aunque en un contexto diferente, promueve un mayor control fronterizo en República Dominicana, especialmente en relación con la migración haitiana, buscando proteger los recursos nacionales y preservar el equilibrio demográfico.
Otro punto en común es su enfoque económico basado en el libre mercado. Weidel, con experiencia en el sector financiero, aboga por la reducción de impuestos, el impulso del sector privado y la independencia energética de Alemania. Abreu comparte esta visión, promoviendo la eliminación de barreras burocráticas, el fomento del emprendimiento y la atracción de inversiones extranjeras que fortalezcan la economía dominicana. Para ambos, la intervención estatal debe ser mínima, permitiendo que la iniciativa privada sea el motor del desarrollo.
Además, han construido redes internacionales con la nueva derecha. Weidel ha estrechado lazos con figuras como Donald Trump y otros líderes de la derecha europea, mientras que Abreu ha participado en eventos como la CPAC, estableciendo conexiones con referentes conservadores en América Latina y Europa. Estas alianzas fortalecen sus discursos y amplifican su influencia en la esfera política global.
Las coincidencias entre Abreu y Weidel reflejan una tendencia global en la política: defensa de la soberanía, control migratorio, escepticismo supranacional y libre mercado. Estos principios han ganado terreno en distintos países, demostrando que el auge de la nueva derecha no es un fenómeno aislado, sino parte de un movimiento con impacto internacional.