LA INVERSIÓN EN PREVENCIÓN: ¿CUÁNTO AHORRA A LARGO PLAZO EVITAR DESASTRES EN ZONAS VULNERABLES?

Redacción RI

11/8/2024

Omar Fernández (Senador del Distrito Nacional)

Las lluvias intensas que cada año afectan a República Dominicana han convertido la prevención en una necesidad urgente. No obstante, los esfuerzos destinados a preparar a las comunidades vulnerables siguen siendo insuficientes en comparación con los costos de reparar los daños. A medida que fenómenos naturales como tormentas y huracanes se vuelven cada vez más frecuentes y devastadores, la discusión sobre el costo-beneficio de invertir en prevención de desastres se vuelve clave para cualquier estrategia política o comunitaria.

El costo de la inacción frente a los desastres

Ejemplos locales de ahorro a través de la prevención

Cuando una comunidad no cuenta con la infraestructura y los recursos adecuados para enfrentar fenómenos naturales, los daños resultantes pueden ser devastadores tanto en términos humanos como económicos. Las casas deterioradas, la falta de sistemas de drenaje y la infraestructura inestable en zonas vulnerables incrementan significativamente el riesgo. Por cada tormenta o inundación que no se anticipa con medidas de prevención, el país incurre en gastos enormes, que abarcan desde reparaciones de infraestructura pública y privada hasta programas de asistencia y reconstrucción de servicios básicos.

Recientemente, líderes locales en la capital, entre ellos el senador Omar Fernández, han tomado un rol activo en el fortalecimiento de viviendas y en la concientización sobre la importancia de la prevención en zonas urbanas de alto riesgo. Estas acciones no solo representan una mejora directa en la seguridad de los hogares, sino que a largo plazo pueden traducirse en un ahorro significativo para los propios habitantes y para las finanzas públicas. Evitar daños estructurales, minimizar las pérdidas materiales y reducir la necesidad de asistencia tras un desastre son beneficios tangibles que surgen de la inversión en prevención.

Estudios de diversos organismos de desarrollo señalan que el gasto en reparaciones tras un desastre puede superar hasta cinco veces el costo de haber invertido en prevención y preparación. Esto no solo implica un uso más efectivo del presupuesto estatal, sino también una reducción de la carga financiera para las familias que habitan estas zonas.

La inversión en infraestructura preventiva: un camino hacia la resiliencia

La construcción de drenajes adecuados, la mejora de las viviendas, la reforestación en zonas propensas a deslaves y la creación de muros de contención son solo algunas de las medidas que han demostrado su eficacia en la reducción de daños. Países que han priorizado estas inversiones en zonas vulnerables logran, año tras año, reducir el impacto económico y humano de los desastres.

Si República Dominicana intensifica la inversión en infraestructura preventiva, se podrían reducir considerablemente los riesgos en las zonas más afectadas por las lluvias, como barrios populares y áreas rurales de baja resistencia estructural. Esto permitiría a las comunidades ser menos dependientes de la asistencia en emergencias y podría facilitar el retorno rápido a la normalidad tras cada evento climático.

La prevención como parte de una estrategia de desarrollo sostenible

Invertir en prevención no solo es una cuestión de evitar gastos futuros; es también una oportunidad para promover un desarrollo sostenible y equitativo. Un país que prioriza la seguridad de sus ciudadanos desde la planificación urbana y la inversión social no solo protege sus recursos, sino que fortalece su tejido social. Este tipo de estrategias ayuda a reducir la desigualdad, pues las comunidades más afectadas por los desastres suelen ser aquellas que cuentan con menos recursos para recuperarse.

Un enfoque de prevención para un futuro seguro

Es tiempo de que la inversión en prevención de desastres se entienda como una necesidad, no como un gasto opcional. Iniciativas como las emprendidas por líderes comunitarios y políticos locales en la capital marcan un camino a seguir, demostrando que es posible proteger a las comunidades y reducir los costos a largo plazo. Con una estrategia de prevención bien implementada, el país puede minimizar los daños, ahorrar recursos y construir un futuro más seguro para todos.